Una sesshin es una sesshin y siempre hace que toquemos el Espíritu aunque tan sólo sea con la puntita de los dedos o por un leve roce que cambia el mundo, seguro. El nuestro, el de todos.
Merece la pena combatir el esfuerzo, el temor o lo que sea que intente alejarnos de la felicidad que estamos obligados a realizar y repartir.
No hay comentarios:
Publicar un comentario