Es la tradición. Igual porque queremos decirles (aunque puede que no sepamos lo que queremos decir) que les “debemos una” por habernos hecho florecer. Que nos sembraron, que nos regaron cuando necesitamos agua y nos dejaron sin ella para que, obligados, diéramos lo que ni sospechábamos que teníamos.
Y que aquí estamos: en flor y con tantas otras en capullo esperando su momento.
Que incluso cuando lo hicieron mal, fatal, rematadamente horrible... entre la naturaleza y nosotros mismos, pudimos y supimos aprovecharlo para ser lo que fuimos, somos y después seremos.
Que nos damos cuenta -y apreciamos agradecidos- lo difícil que debió ser estar a nuestro lado y de nuestro lado en vez de situarse del suyo propio. Aún cuando tuvieran el tiempo justo, aún cuando tuvieran que hacer esperar, o incluso sacrificar para siempre, sus sueños más queridos y se arrugaran un poquito más de la cuenta, encanecieran un poquito más rápido, se les quedara floja la carne algo más deprisa...
365 Tao #186, 3 de Enero: Punto
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*Punto*
*Haz de la mente*
*Un solo punto.*
La clave para cualquier meditación es concentrar la mente en un solo punto.
Hay muchos métodos para hacer eso, ...
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